Ocubo y AV Stumpfl convierten la historia de Lisboa en un espectáculo inmersivo

El estudio creativo y el fabricante multimedia han seleccionado el software Wings Vioso de AV Stumpfl para la singular proyección de ‘Lisboa bajo las estrellas’.

Construido entre 1389 y 1423 en Lisboa, el Convento do Carmo es una estructura emblemática de la capital portuguesa. Situado en una colina con vistas a la Plaza Rossio y frente al Castillo de San Jorge, en el barrio del Chiado, el ahora Museo Arqueológico Carmo es una atracción popular para turistas y residentes.

Con estas características, la empresa multimedia portuguesa Ocubo, con todo su equipo al frente, vio el escenario perfecto para llevar a cabo su último y singular espectáculo de inmersión: Lisboa bajo las estrellas (Lisboa under stars).

Nuno Maya, cofundador, CEO y director artístico de Ocubo, lo explica: “nuestros proyectos de videomapping han llamado mucho la atención, tanto en Portugal como a nivel internacional. Hemos creado espectáculos a gran escala en Lisboa desde 2013, cuando el ayuntamiento vio la oportunidad de atraer a más turistas. Con Lisboa Under Stars tomamos la iniciativa de organizar el espectáculo como un proyecto cultural e independiente, en apoyo del Año Europeo del Patrimonio Cultural, y celebrar la historia de la ciudad de manera innovadora”.

Durante ocho semanas, del pasado 3 de mayo al 30 de junio en Lisboa, se han realizado dos shows diarios (excepto los domingos), de 45 minutos de duración, en portugués e inglés, con una combinación única de animación digital de 360º, acción en vivo y proyecciones de efectos especiales, que han llevado a los espectadores seiscientos años atrás para experimentar la historia de Lisboa.

Así, el espectáculo introducía a los espectadores a embarcarse en un velero durante los descubrimientos portugueses, visitando paisajes exóticos a los que llegaron navegantes; a presenciar el terremoto de Lisboa en 1755 y reconstruir la ciudad, hasta ‘caminar’ por el vasto sitio de 1.900 m2 y sumergirse en la historia de esta ciudad desde diferentes puntos de vista, ya que se desarrolló en todo su esplendor en las paredes de Carmo.

“El espectáculo se ha moldeado a la historia del sitio, pero con total autonomía en términos de nuestro enfoque artístico, expresando los hechos como deseábamos: ¡el sueño de un artista! -puntualiza Maya sobre el proceso creativo-. Fuimos 100% independientes; desde el concepto hasta la creación de contenido; desde la configuración técnica hasta la operación; desde la gestión de la audiencia hasta la comunicación”.

Para lograr esta libertad creativa, Maya señala que un elemento fundamental “es que trabajemos con soluciones técnicas ambiciosas que superan los límites de lo que es posible, como el software Wings Vioso de AV Stumpfl, que es muy fiable”.

Para el espectáculo se han utilizado trece proyectores, cada uno con 16.000 lúmenes, y nueve servidores de vídeo con el software Wings Vioso de AV Stumpfl para el mapeo, el control del show y las salidas de vídeo para proyectores.

Para crear un efecto envolvente, esta tecnología se combinó con un sistema dB Technologies DVA, formado por seis sistemas de audio multicanal, también controlado por el software Wings Vioso.

Para Maya, este sistema “es realmente un elemento integral para toda la producción: es nuestro software de mapeo favorito debido a sus conjuntos de herramientas, opciones de línea de tiempo y capacidades de control de espectáculos.La posibilidad de escalar el sistema a más servidores esclavos de vídeo lo hace muy útil para proyectos en los que tenemos múltiples ubicaciones de proyección conectadas a través de la red local».

La tecnología de servidor de medios Wings Vioso es idónea para la distribución de medios, visualización múltiple, deformación, mapeo de proyección, mezcla automática de softses, interacción y representación de control de espectáculos, que empresas creativas como Ocubo utilizan para la producción de contenido en resoluciones 4K y 8K.

Con Wings Vioso, los profesionales pueden calibrar automáticamente múltiples proyectores para mezclar y suavizar el contenido en superficies irregulares, y de esta manera crear increíbles espectáculos y controlen vídeo, audio, dispositivos de señal en vivo y efectos especiales en una única plataforma.

“Lisboa bajo las estrellas es un proyecto muy ambicioso y único a nivel creativo y técnico, ya que entregamos casi un centenar de espectáculos, cada uno de 45 minutos de duración, por un periodo de dos meses en una ubicación de 360º y 1.900 m2 -recuerda Maya-.El resultado perfecto del mapping de vídeo ha sido posible gracias al ajuste fino de las herramientas warping de Wings Vioso”.

El responsable de Ocubo puntualiza al respecto que “necesitábamos una plataforma capaz de manejar grandes cantidades de archivos de datos en múltiples servidores.Gracias a sus capacidades de red, el sistema de AV Stumpfl nos ayudó a transferir, administrar y sincronizar todos los archivos de vídeo. La complejidad del mapeo también fue extremadamente alta, pero las herramientas de deformación y las opciones de fusión de configuración en el software nos permitieron hacerlo con relativa rapidez y facilidad”.

El espectáculo, que han seguido más de 30.000 personas de manera presencial y que se ha emitido también en televisión, “ha sido un éxito, especialmente respecto al contenido que creamos y las soluciones técnicas que utilizamos.Ha sido trabajo multidireccional en el que pusimos corazón y alma para capturar y transmitir la esencia de nuestra ciudad y nuestro país, y AV Stumpfl nos brindó los medios para ofrecer algo único”, recalca Maya.

Los responsables de Ocubo han señalado que continuarán trabajando con este sistema, si bien la presentación del nuevo sistema de servidor de medios de AV Stumpfl, denominado Pixera, “nos ha dejado boquiabiertos y estamos deseando tener una versión beta para realizar un proyecto aún más grande y mejor en 2019”.

De momento, Ocubo pondrá en marcha otro ambicioso proyecto durante el Lumina Light Festival, que tendrá lugar del 21 al 23 del presente mes de septiembre en la ciudad lusa de Cascais.

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