Basylis: primer sistema de seguridad perimetral transportable para centros de refugiados de Indra
La multinacional Indra ha desarrollado el primer sistema de seguridad perimetral transportable, como parte del proyecto europeo Basylis, para su rápido despliegue en centros de refugiados e infraestructuras críticas emplazadas en puntos remotos.
Con un plazo de ejecución de dos años y un presupuesto de tres millones de euros, el proyecto europeo de I+D+i Basylis, coordinado por Indra e impulsado por la Comisión Europea ha superado con éxito las pruebas de campo realizadas a lo largo del último año para su puesta operativa en servicio.
El objetivo de este proyecto ha sido el desarrollo del primer sistema de seguridad transportable y de rápido despliegue para proteger centros de refugiados e infraestructuras críticas emplazadas en centros remotos.
Este sistema de seguridad transportable ha sido validado por el Centro Nacional de Protección Infraestructuras Críticas (CNPIC) español, y para su diseño Indra ha contado con el apoyo de otras empresas tecnológicas y usuarios finales, tales como ONG y operadores de energía.
Basylis se compone de un centro de control portátil, equipado con toda la tecnología necesaria para controlar, gestionar y monitorizar el sistema de seguridad, que puede desplegarse en un punto cualquiera en menos de dos horas e igualmente recogerse rápidamente para su utilización en un nuevo emplazamiento.
Precisamente este elemento de movililidad y rápido despliegue hace que el sistema de seguridad sea autónomo energéticamente y pueda utilizarse en cualquier momento en lugares remotos sin suministro eléctrico, gracias a las subestaciones desarrolladas por Pelgrin.
El centro de control portátil se encarga de monitorizar y gestionar la información que transmiten un variado número de sensores (radar, láser radar, sensores acústicos y terrestres, etc.) distribuidos por todo el perímetro de seguridad.
En este sentido, el radar ofrece una capacidad de detección e identificación a una distancia de hasta seis kilómetros, en el caso de vehículos que se aproximen a la zona protegida, mientras que los sectores terrestres y acústicos detectan el paso de una persona a veinticinco metros.
El sistema se completa con cámaras de videovigilancia instaladas en zonas estratégicas y con un software de detección del comportamiento, encargado de procesar la información recibida e identificar situaciones de riesgo en este tipo de centros críticos, tales como avalanchas de personas, situaciones de pánico o tumultos que supongan un peligro para el campamento de refugiados, que puede llegar a acoger hasta 10.000 personas
Para garantizar la seguridad del personal del campo y avisar ante cualquier incidencia se han desarrollado brazaletes con tecnología de geolocalización para realizar su seguimiento.
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