La antigua prisión de Faengslet vuelve a la vida con la proyección de Panasonic
Por las diferentes salas y pasillos del Museo Prisión de Faengslet se han instalado un total de 56 أجهزة العرض من باناسونيك, la mayoría Solid Shine, cuyo objetivo es ayudar a crear la experiencia multisensorial que acompaña al visitante a lo largo de su estancia en la penitenciaria.
El uso de tecnología audiovisual ha permitido volver a poblar con reclusos y guardias los pasillos, los bloques de detención y los celdas de la prisión de Faengslet en Horsens (الدانمارك). Cerró sus puertas en 2006 y las ha vuelto a abrir en mayo de 2015 convertida en un museo donde se recrea fielmente cómo era allí la vida cuando funcionaba como penitenciaria.
Cuando los visitante traspasan las puertas del penal se sumergen en una experiencia multisensorial que ha sido posible crear gracias a los 56 proyectos de باناسونيك que se encuentran instalados en las diferentes estancias y pasillos. Con la ayuda de la proyección es posible simular que allí aún están retenidos los reclusos custodiados por sus guardianes. La empresa responsable de diseñar estos escenarios ha sido Kvorning Design & Communication, بينما AV-Huset ha sido el integrador.
“Queríamos crear exposiciones que no resultaran intrusivas y que fuera obvio de dónde procede el contenido. Para conseguir este objetivo, era importante poder instalar los proyectores de forma discreta. Los proyectores láser/Led de Panasonic han demostrado una gran capacidad de adaptación a todas las posiciones de instalación que elegimos y, como despiden muy poco calor y, عمليا, no emiten ruido, ayudan a mantener el ambiente, incluso en espacios reducidos como las celdas”, explica Mads Havemann, diseñador de exposiciones de Kvorning Design & Communication.
La mayoría de los dispositivos utilizados son proyectores láser Solid Shine, concretamente del modelo PT-RZ330EJ de los que hay distribuidos por toda la prisión un total de 45 معدات. Se optó por esos sistemas dado su alto brillo y niveles de contraste, así como porque no necesitan mantenimiento, lo que permite utilizarlos continuamente hasta siete años seguidos sin necesidad de sustituir los filtros ni las fuentes de luz.
Muchos de estos equipos han sido ocultados en armarios y dispuestos verticalmente sobre puertas, lo que resulta posible gracias al motor óptico de la fuente de luz láser. Los proyectores láser pueden girarse 360 grados para su instalación en cualquier ángulo sin prácticamente emisiones de calor, lo que permite aplicaciones exclusivas e inteligentes.
“Los proyectores Solid Shine de Panasonic permiten que no haya que preocuparse de ellos tras su instalación, lo que resulta especialmente ventajoso para el museo. No hay un equipo de asistencia técnica a tiempo completo in situ, por lo que resulta idóneo poder utilizar proyectores que sabemos que durarán hasta siete años sin necesidad de mantenimiento”, apunta Lasse Werner, director de grandes cuentas de AV-Huset.
Un viaje muy realista
La experiencia multisensorial que viven los visitantes en el Museo Prisión de Faengslet comienza en la misma entrada donde tienen que seleccionar una tarjeta de identidad que determina cuál de las ocho historias cuidadosamente seleccionadas van a oír. Cada una de ellas narra el pasado de un antiguo recluso, un guardia o un miembro del personal de apoyo, lo que permite a los visitantes que repitan la visita ver la exposición a través de unos ojos diferentes cada vez. Toda una experiencia que es controlada mediante tecnología RFID.
El viaje comienza en la recepción de la prisión donde hay localizados tres arcos de gran tamaño con barras tradicionales y ocho proyectores de corta distancia de Panasonic que permiten crear un espectáculo de sombras sobre la pared del fondo y simular una escena donde los guardias de la prisión van acompañando a los prisioneros esposados a lo largo del pasillo. Es una técnica sencilla, que se usa en todo el museo y fue filmada con antiguos reclusos y personal, que aporta una sensación genuina.
En el interior de la prisión, una de las historias más fascinantes es la narrada por Sonny Rasmussen, un antiguo recluso convertido en guía del museo, cuya figura se proyecta por todo el museo utilizando imágenes de tamaño real.
Sonny cuenta historias divertidas que ocurrieron durante su época como cabecilla de contrabando, historias lamentables de los periodos que pasó en régimen de aislamiento e historias emotivas sobre la infancia de los hijos que se perdió. Para mostrar estas presentaciones se utiliza el proyector PT-RZ330EJ de alto brillo, que crea imágenes realistas de gran brillo y contraste, incluso cuando se proyectan en el entorno de luz natural que llena la prisión.
En una ocasión cuenta una historia sentado en una mesa de madera dentro de un bloque de celdas. Los diseñadores han utilizado cartografía digital para que su imagen virtual aparezca sentada sobre una mesa real. Se utiliza una técnica similar en el bloque de las duchas, donde su figura, amenazadora, cubre toda una pared alicatada.
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