Die Invisible Cities Oper nutzt Sennheisers drahtlose Technologie für ihre Inszenierung
Die Branche, LA. Dance Project und Sennheiser erschaffen unsichtbare Städte an der Union Station in Los Angeles, una experiencia que fue capaz de sumergir a los espectadores en un viaje multisensorial y artístico gracias a la utilización del sistema inalámbrico de radiofrecuencia Digital 9000.
Ciudades Invisibles es la primera ópera a gran escala que ha empleado auriculares inalámbricos para su puesta en escena. Die Veranstaltung, que se ha celebrado a lo largo del último trimestre de 2013 en la Union Station de los Ángeles, la terminal de ferrocarriles más grande de la costa Oeste de Estados Unidos, ha contado con el sistema inalámbrico de radiofrecuencia Sennheiser Digital 9000 für seine Realisierung.
La ópera, una colaboración entre Die Branche, LA. Dance Project y Sennheiser, ha sido escrita por Christopher Cerrona y está basada en la novela publicada por Italo Calvino en 1972. Una experiencia que fue capaz de sumergir a los espectadores en un viaje multisensorial y artístico a través de toda la terminal, tal y como describe sus misiones el personaje Marco Polo al emperador Kublai Khan. Gracias a la tecnología inalámbrica de Sennheiser, deren Produkte sie in Spanien vertreibt Magnetron, ni los artistas ni la audiencia se encontraron restringidos por los límites espaciales asociados a un teatro, pudiendo experimentar la ópera a partir de un número casi infinito de perspectivas diferentes.
Tres elementos tecnológicos claves de Sennheiser hicieron posible la producción técnica: los micrófonos con cable, los micrófonos inalámbricos con sistemas IEM (monitoreo In Ear) y los auriculares inalámbricos de consumo.
Cada instrumento de la orquesta, komponiert von 11 Musiker, fue amplificado empleando micrófonos Sennheiser o Neumann con cable, mientras que las actuaciones fueron transmitidas a los artistas y a los espectadores usando tecnología inalámbrica Sennheiser. La audiencia experimentó toda la magnitud del espectáculo gracias a los auriculares sin cable RS 120II.
Digital 9000 para los artistas
En el corazón tecnológico de la opera Ciudades Invisibles se encontraba el sistema de radiofrecuencia inalámbrica Sennheiser Digital 9000, que emitió ocho canales de audio sin comprimir, libres de interferencias a través de toda la instalación. Los componentes del sistema Digital 9000 empleados en esta ópera incluyeron el receptor EM 9046, los transmisores de bolsillo SK 9000 y los micrófonos de solapa MKE 1.
“El sistema Digital 9000 era la elección natural para los artistas”, explica Dave Misall, responsable de Mercado Nacional y Sistemas Profesionales de Sennheiser USA. “Además de ofrecer un rendimiento de 24/96 kHz con un rango dinámico sin precedentes y un nivel de ruido inexistente, facilitó la asignación de frecuencias en el centro de la ciudad, un entorno de radiofrecuencia extremadamente hostil. Dado que los transmisores digitales 9000 tienen una linealidad muy alta, la intermodulación es inexistente. Deshalb, las frecuencias pueden ajustarse en un rango muy cercano unas de otras sin problemas, haciendo eficiente el amplio espectro del sistema”.
Trabajando en paralelo con el sistema Digital 9000 se disponía del sistema IEM serie 2000, que realizó una monitorización intraural de cada cantante y bailarín, asegurando la sincronización de sus actuaciones con la partitura musical.
Los receptores EK 2000 IEM, los auriculares IE8 y los transmisores gemelos SR 2050 IEM se acompañaron de un sistema de antena de alta complejidad. Cuatro zonas diferentes a través de toda la terminal servían como repetidores de antena para lograr una cobertura de radiofrecuencia completa, tanto para los artistas como para los espectadores que empleaban auriculares inalámbricos.
Dependiendo de la zona, se utilizaron antenas direccionales pasivas A 2003-UHF junto con los modelos polarizados circularmente A 5000 CP, que minimizan las variaciones de intensidad de señal, al tiempo que eliminan múltiples problemas.
Micrófonos para la orquesta
El diseñador de sonido Martín Giménez eligió una variada colección de micrófonos Evolution de Sennheiser, además de micrófonos Neumann, para cubrir cada instrumento de las 11 piezas que componían la orquesta.
Los micrófonos Evolution se utilizaron para capturar sonidos metalizados y percusión, así como el ambiente general de la sala. Para los instrumentos de viento y cuerda, entre los que se encontraba el arpa, Giménez empleó diversos micrófonos de condensador con membrana pequeña. En el piano, seleccionó un par de modelos U87 con condensador de gran diafragma.
En el extremo opuesto de la cadena de señales se encontraban cuatrocientos auriculares inalámbricos Sennheiser RS 120 II, que proporcionaban un sonido de calidad Premium a los espectadores durante cada representación. Con un ergonómico diseño abierto y un acceso sencillo a los controles tales como ajuste de volumen, encendido y apagado, la combinación entre calidad de audio, comodidad y facilidad de uso convirtió a estos auriculares en la elección perfecta para este uso en particular.
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