La ciudad de Hancock transforma uno de sus históricos silos en una instalación de audio envolvente
Silo Songs ofrece a los visitantes una experiencia musical envolvente basada en las melodías más antiguas de los Shakers. Para llevar a cabo este proyecto se han instalado catorce altavoces Neumann KH 80 Dsp.
Un histórico silo de madera localizado en Pittsfield (Massachusetts) ha sido el sitio elegido para realizar una instalación que ofrece a los visitantes una experiencia musical envolvente, basada en las melodías más antiguas de los Shakers o, como las llamaban, ‘canciones solemnes’ (melodías sin texto, sin armonía ni contrapunto), utilizadas en el culto de esta organización religiosa a principios del siglo XVIII y principios del siglo XIX.
Las melodías son cantadas por Sam Amidon, Rhiannon Giddens, Eamon O’Leary y Caroline Shaw, artistas premiados con décadas de influyentes creaciones musicales, y un coro de cantantes locales de Berkshire. Silo Songs es un proyecto que se ha realizado en colaboración entre la ciudad de Hancock Shaker y Brad Wells.
Las canciones de Wells se entrecruzan en el silo en patrones que imitan danzas por las que los Shakers son famosos. La simplicidad, el orden del espacio y las misteriosas melodías de estas canciones pretenden evocar un estado de trance en el que fueron concebidas originalmente. Esa inmersión sonora que se ofrece en el Silo Songs se ha podido realizar gracias a los monitores Neumann Kh 80 Dsp.
El proyecto fue iniciado por la ciudad de Hancock Shaker, que quería transformar uno de sus silos históricos en una instalación de audio. Invitaron a Brad Wells, un profesor de ciencias vocales en el cercano Williams College para crear la pieza, quien luego llevó a Jody Elff a diseñar el paisaje sonoro. Wells y Elff grabaron a docenas de vocalistas que interpretaban himnos Shaker en una variedad de estilos y agrupaciones, y una vez que se completaron estas grabaciones, reunieron el estilo de presentación superpuesto.
“El objetivo era representar la experiencia de estas canciones en un espacio físico. Uno de los desafíos era encontrar un altavoz que se adaptara ala reducido espacio en el que se iba a instalar. Con un diámetro tan limitado en el silo, si golpeas la pared opuesta se obtiene mucho ruido, las reflexiones alrededor del interior del silo hacen que pierdas una idea de dónde proviene la fuente “, explica Elff.
Sennheiser proporcionó una solución casi específica para este proyecto. “Nos enviaron un par de Neumann KH 80 DSPs para que los probáramos, y una vez que los escuchamos nos dimos cuenta de que serían idóneos para nuestra instalación”, aclara Elff.
En el silo se han instalado catorce DSP KH 80 en círculos concéntricos alrededor del espacio de 10,6x 3,3 metro, montándolos directamente en las paredes. Las opciones de montaje flexibles de este equipos ayudaron a que la instalación se realizara sin problemas.
Al entrar en el silo, el visitante puede escuchar diferentes melodías que viajan en tres dimensiones; izquierda y derecha para evocar los patrones de danza circular de los Shakers o subir y bajar para seguir las instrucciones de la melodía.
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